Consejos para preparar un café perfecto en casa

Hay muchas formas de preparar un café de calidad, dependiendo de las costumbres de cada cultura, de la cafetera que se utilice y de los gustos personales. Está claro que tener una buena máquina es un primer paso importante, pero no es lo único a tener en cuenta. Tienes la posibilidad de disfrutar de Café Abellaneda en casa adquiriéndolo en el supermercado DIA de La Hoya, en la tienda ‘Dulce’ de Lorca o haciendo un pedido a domicilio a través del teléfono 627 866 909. ¡Compra tu Café Abellaneda de la variedad que prefieras y comienza a disfrutar de una experiencia única!

1. Compra buen café natural

Hay diferentes variedades de café pero las más consumidas en todo el mundo son dos: arábica y robusta. El arábica contiene menos cafeína y proporciona un café más suave con aromas afrutados. Los robustas tienen más cuerpo, son algo más amargos, concentran una mayor cantidad de cafeína y se suelen percibir como más fuertes de sabor. También se pueden encontrar mezclas de ambas variedades en diferentes proporciones.

2. Apuesta por el café en grano

Los granos de café son una materia prima delicada que empiezan a perder propiedades cuanto más procesados están. Por eso es conveniente comprar café en grano para molerlo en casa, ya sea con una cafetera automática o con un molinillo que compremos aparte. El café comienza a liberar sus aromas desde el mismo momento en el que se muele, perdiendo así sabor. Además le afectará más el contacto con la atmósfera, el aire y la luz. Consérvalo en un lugar fresco y seco y ve moliéndolo en pequeñas cantidades.

3. Busca siempre el café más fresco

No solo conviene moler los granos al momento, también es recomendable adquirir el café más fresco posible. Cuando menos tiempo haya transcurrido desde que ha sido cosechado, secado, transportado y tostado, mucho mejor. Por eso es mejor confiar en profesionales que sean especialistas de verdad, que traten el café que venden con el cuidado que se merece.

4. Presta atención al agua

El otro ingrediente fundamental para preparar un café es el agua, y no deberíamos tomarla a la ligera. Es la base de la infusión y debería ser de la mejor calidad posible, ya que un agua mala puede estropear cualquier preparación. Y jamás hay que usar agua caliente para acelerar el proceso, debe calentarse de forma gradual para no afectar al proceso natural de infusión. Elige agua mineral en la medida de lo posible, o al menos que no sea un agua dura. No debe presentar olores extraños, debe ser totalmente transparente y mejor de mineralización débil. Si es un agua que al beberla te sugiere alguna nota de sabor, mejor desecharla.

5. Ajusta la proporción agua-café

Aquí depende de tus gustos particulares y de la cultura cafetera de la región, pero no es una proporción que se deba dejar al azar. También depende del tipo de cafetera que vamos a usar; por ejemplo, con la italiana se recomienda llenar de agua hasta la válvula, sin sumergirla. Está claro que a mayor proporción de agua, más “clarete” saldrá el café, con menos cuerpo y menos aroma. La cantidad de café para cada infusión es igualmente importante. De nuevo, las distintas cafeteras tienen ajustes diferentes, y no conviene pasarse. Un espresso suele tener unos 8 gramos de café, y si bien los profesionales deben prensarlo, en la cafetera italiana no debemos hacerlo. Hay que dejar que el café caiga con naturalidad sin aplastarlo en el depósito.

6. La taza importa

Sí, hay muchas tazas diferentes con diseños de lo más variado, pero al final lo clásico se impone en cuestión de calidad. Hablamos de tazas para cafés espresso, ristretto o café solo, ya que las demás bebidas pueden adaptarse mejor a otro tipo de recipientes y jugar con ello. El color debería ser neutro, mejor blanco, porque así no afectará a la percepción psicológica del sabor, aunque va en gustos. Tradicionalmente se usa porcelana porque es un material noble, resistente y porque conserva mejor el calor. El vidrio o cristal permite ver el interior, apreciar los colores y la textura del café, su uniformidad y su crema, pero pierde temperatura rápidamente. Una buena alternativa son las tazas de doble fondo, pero en cualquier caso hay que procurar que no estén frías antes de llenarlas de café. La forma cónica es adecuada para que la infusión caiga con delicadeza sobre la taza, sin salpicar.

7. Sirve el café al momento

Es importante la máxima frescura, también a la hora de degustar la bebida, no recalientes un buen café en el microondas. Debes tener en cuenta que en el momento en que se enfría ya no podremos apreciar el café en su punto máximo de aroma, cuerpo y sabor, y además perderá la crema. Hay una excepción a esta regla, por supuesto, solo cuando vayamos a preparar cafés fríos o con hielo.

8. No te olvides del mantenimiento y la limpieza

Sin importar la cafetera que tengamos, no deberíamos olvidarnos nunca de ciertos cuidados básicos. Nada de dejar los posos de café en la cafetera italiana hasta el día siguiente, o dejar que se acumule suciedad en los depósitos. Como cualquier otro utensilio de cocina, la cafetera debe limpiarse correctamente después de cada uso, y usando los productos adecuados. Las máquinas automáticas además requerirán descalcificaciones periódicas y otros cuidados concretos que indican los fabricantes. El mito de que una cafetera sucia “veterana” dará mejor café es totalmente falso. Si no la limpiamos se corre el riesgo de afectar al sabor del café y de que obstruyan sus componentes.

10. Cuidado con lo que añades a tu taza

Un barista casi siempre recomendará degustar el café solo, pues es la única manera de apreciar todas sus cualidades perfectas. Sin entrar en el mundo de los capuccinos, lattes y demás, añadir leche, nata, licor, azúcar, miel o cualquier edulcorante afectará al sabor original de un buen café. En cualquier caso, hay que ser conscientes de que todo lo que agreguemos a posteriori va a modificar el sabor del café.

11. Conserva el café correctamente (y no te pases comprando)

No te dejes llevar por ofertas ni acumular grandes cantidades; nos toca hacer viajes frecuentes para comprar si queremos la máxima calidad. A la hora de conservarlo siempre se deben buscar recipientes limpios, opacos, herméticos y sin aromas extraños. El calor es muy dañino, por eso hay quien lo guarda en la nevera, aunque salvo en veranos calurosos no es realmente necesario -y puede ser contraproducente por la humedad y los olores-. Elige frascos de un buen material, con la tapa hermética intacta, que no sean muy grandes, y guárdalos en un armario o en la despensa alejados de la luz solar.

En cualquier caso, no hay que caer en obsesiones excesivas, lo importante es disfrutar. Conociendo un poco la naturaleza de los granos y cómo afectan los procesos que intervienen, no es tan difícil preparar un buen café en casa.

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